Sabía muy poco sobre los usos de la impresión 3D, más allá de las noticias de creación de prótesis y otras soluciones en medicina, lo cual me parece fascinante.
Después de leer y escuchar la información aportada en el curso me paseé por la red buscando más sobre las utilidades diversas. Podríamos hacer una primera separación entre la impresión industrial y la doméstica.
En cuanto a la primera es evidente que la incorporación de esta tecnología genera interés comercial con aportaciones novedosas a la ingeniería, la construcción o la fabricación de todo tipo de objetos. Incluso el sector alimentario está interesado en la impresión 3D con determinados alimentos (esto ya no me gusta tanto).
En el sector artístico me encuentro un aporte interesante: la impresión de obras de arte escaneadas previamente para recuperar parte del patrimonio perdido en el Museo Nacional de Río de Janeiro, o de cuadros en el museo del Prado para que puedan ser admirados por personas invidentes. Genial.
En cuanto al uso doméstico, veo y leo posibilidades como la de crear piezas deterioradas sin tener que comprarlas, muy interesante, o de crear objetos adaptados a nuestras necesidades.
En un momento de preocupación por el uso del plástico es fácil que surja la idea del coste medioambiental que podría tener la impresión 3D. Pues parece que es posible, o lo será en los próximos años, hacer un reciclaje doméstico de plásticos para convertir envases en hilo para imprimir o en pellets para el mismo fin.
Aquí vemos la creación de la primera impresora 3D utilizando materiales de deshecho, en África. Este sí que es un auténtico maker:
También nos explica la noticia un proyecto en Dinamarca de construcción de casas a partir de componentes impresos con chapa de madera, reduciendo al mínimo el uso de materiales contaminantes.
Y va más allá con la posibilidad de usar impresión 3D en el procesamiento de residuos urbanos. Aparece el concepto de Urbaneering, que surge de un proyecto neoyorkino basado en estrategias de construcción sostenible.
«Con el tiempo, la ciudad futura no haría distinción entre residuos y suministros.»
Igual es una utopía, pero ahí estaría la impresión 3D a lo grande.
LA IMPRESIÓN 3D EN EDUCACIÓN
LA IMPRESIÓN 3D EN EDUCACIÓN
Las aplicaciones más inmediatas que veo en las escuelas son:
- La creación propia de materiales que se utilizan habitualmente, como abecedarios, números, formas geométricas, regletas, dados, etc.
- El uso del programa de diseño por parte del alumnado, en el que muchos conceptos matemáticos toman un sentido práctico y útil.
- Puede ser una buena herramienta para los proyectos cooperativos.
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